“…La calles mojada, la lluvia en pelo, corriendo a la fábrica donde trabajaba Manuel…”
El futuro es incierto e imprevisible y el pasado es inapelable. No sé quien dijo una vez que no le gustaba hacer planes y menos si eran para el futuro.
El viernes habíamos hablado Diego y yo de ir finalmente a Línea Mágica. Como la conozco un poco le dije que cogiera el mínimo de cacharros pues solo en el sexto largo se metía algo, una o dos piezas.
Como todos los sábados que quedamos para escalar madrugamos. Pero parece que es tiempo de rally en el Peñón de Ifach y a las 8:30 ya había bastante movimiento por el parking.
Repartimos el material y nos apresuramos a salir pues un sexteto se aproximaba por la acera contraria con intenciones obvias.
Hacemos la cuesta y cual es nuestra sorpresa cuando nos encontramos una cordada de tres a punto de comenzar Línea Mágica y otra, esta internacional, en la Miguel Gómez.
Rápido cambio de planes. A la Manuel. Diego me pregunta escéptico que si con lo que llevamos pasamos y recordando la última vez que la repetí le digo: “¿Sin Problemas, Figura!”
Debe quedar poco original de aquella vía abierta por Manfred a finales de los años 70. A primeros de los 80 Erika y Peltz (creo que escribo mal su nombre) equiparon el primer largo y parte del segundo con los tornillos del 12 de los que pendían tres eslabones de cadena.
¿Cómo pasó Manfred por esos dos primeros largos sin expansiones? Es algo que para mi es todo un misterio, no porque dude de que lo hiciera sino porque no me imagino como lo hizo.
La primera vez que ascendí esta preciosa ruta corría el año 1985, era primeros de abril y al día siguiente nos abrasaríamos haciendo la primera repetición del Espolón de las Aguilas en el Tozal.
Aquella ascensión la recuerdo con cariño. Fue rápida, sin agobios y aunque el equipamiento era austero y escaso todo se resolvió sin problemas.
Siempre me ha impresionado su tercer largo, vertical, peñonero cien por cien, espectacular y mucho más asequible de lo que parece.
Todo evoluciona y en muchos casos a mejor. Los dos clavos caseros de los que uno se colgaba en la segunda reunión han dejado paso a dos parabolts de acero inoxidable. No obstante, como mucho testigo de tiempos pretéritos aún queda uno de esos clavos.
Tras hacer el largo común con la Gómez-Cano y pasar por el enorme puente de roca hasta la reunión de la Anglada le cuento a Diego por donde va el siguiente largo. Mis recuerdos me llevan a quince años atrás, un día de finales de julio de 1999. En base a estos le digo a Diego que tire primero en recto y luego a la izquierda y que si ve algún parabolt que lo olvide que estos son de Línea Mágica. Craso error. Resulta que en estos últimos años los traicioneros y caseros clavos de Manfred han ido siendo sustituidos por parabolts con lo que Diego, gracias a mi, se monta un lío de tres pares de narices.
A llegar al segundo bolt destrepa debido a mis “acertadas” explicaciones. Tras un rato de duda me asomo, veo los bolts de Línea Mágica y veo por donde va la Manuel y le digo que siga que iba bien.
Lo que me dice a continuación es mejor no reproducirlo para no herir la sensibilidad del lector.
La parte superior va sorteando los desplomes que culminan las oquedades allí existentes, con audacia y espectacularidad.
Llegamos a la sexta reunión. En mi caso siempre he salido por el recorrido original. Un corto tramo de artificial en el que antaño habían tres clavos de los que solo queda un en la actualidad.
De las dimensiones de uno de ellos soy testigo pues en la ascensión de 1999 a Miguel se le salió y solo la suerte evitó que se partiera la columna contra la repisa inclinada del comienzo. No salió indemne, se rompió una costilla y el peroné. Aún así fue capaz de salir por sus propios medios, bajar con fuertes dolores y antes de ir a urgencias, irse de comida familiar. ¡Hay que tenerlos bien gordos!.
Lo raro es que el clavo en cuestión no se hubiera salido antes. Estaba metido poco más de dos centímetros y totalmente curvado. Visto desde fuera uno hubiera pensado que tendría al menos 10 cm. Para que uno se fie de los clavos del Manfred.
Ahora con unos aliens se pasa sin problema y queda un último largo digno colofón a esta magnífica vía. Tras superar un diedro sencillo se va buscando la salida en la vertical para bordear un pequeño desplome donde hay que dar un buen apretón con otro de los mentados clavitos como protección. Afortunadamente y tras limpiar la vegetación que ha ido creciendo meto un tótem que me da tranquilidad.
En la cumbre, las gaviotas pesadísimas, los italianos de la Miguel Gómez, que han salido por Línea Mágica porque otra Gaviota en la gran cueva les ha dicho que por ahí no pasaban, llegan a la cumbre.
Otra cordada acaba de salir de Revelación. Tras plegar trastos, uno de ellos lanza con energía la cuerda con la intención de dar a alguna gaviota. ¿Quién será el descerebrado? Pienso.
Ya abajo, en el Drácula coincidimos con Roy, Javi Mercury y el Pelut, así como el resto del personal de Calpe que “castigan” la pared sin descanso.
Tras saludarnos me fijo en la cuerda que lleva el Pelut y me viene la imagen de cumbre con la cuerda volando en busca de una gaviota…
PS1
Si supero el “perro” que llevo encima subiré algunos cromos para que la piada no resulte tan árida.
PS2
Nos costó 5 horas hacer la vía, pero perdimos mucho tiempo con el embarque de los parabolts, por lo que es fácil que en 4 horas salga para una cordada normal.
PS3
Resulta que he subido a ImageShack para pasar unas fotos y ahora resulta que la aplicación no es libre, ¡Hay que pagar!. Ya veremos lo que hago pero no se si estaré por la labor...
