La verdad es que lo de los últimos días de diciembre uno no lo podía esperar ni en los mejores sueños. Cierto es como decían los romanos que “Post Festum Pestum”.
La noche vieja la pasé moderadamente bien aunque mi cuerpo pedía más cama que uvas y cava. No obstante, como la vía estaba dedicada, el ambiente fue jovial y aún dio para algunos bailes.
Yo amante de los placeres de Baco no fui capaz de beber más que un par de copas de vino y el de cava en la nevera se quedó.
Mi intención era empezar el día 1 saliendo a correr, como bien he hecho muchos años, pero nada más amanecer comprendí que ya me podía dar con un canto en los dientes si era capaz de abrocharme los pantalones.
La cuestión es que a oscuras ya notaba cierta comezón en las manos que no comprendí hasta que con la luz de la mañana pude ver su estado. En vez de manos tenían dos tortas de pan deformes, llenas de mataduras, y prácticamente inútiles. Coger el tenedor en la comida se me antojaba misión imposible y aunque las sumergí repetidas veces en agua helada no conseguí rebajar la hinchazón. De hecho los tendones de la mano quedaban ocultos tras una masa deforme de color cerúleo poco agradable a la vista.
Esta mañana tenía previsto renovarme el DNI. Ahí he estado durante un buen rato con la mirada aviesa de la funcionaria poniendo mis “dátiles” sobre el scáner sin que este detectara huellas identificables. Al final y tras varias pruebas la señora me ha preguntado amablemente qué a qué me dedicaba. La respuesta le ha sumido en una profunda confusión pues pensaba que le iba contestar albañil o carpintero.
Al final tras un buen rato los pulgares han resultado ser los únicos validos para reflejar digitalmente mis señas de identidad.
Como no, otra vez, inopinadamente, me he ido por los cerros de Úbeda. Mi intención, hoy, segundo día del año era subir las fotos, pocas, que pudimos hacer durante la apertura de Mil Espléndidos Soles.
En las paredes de la izquierda del Risco del Morrón lo que predominan son las fisuras, y tras la rápida apertura del día 27 ya le habíamos echado el ojo a otras que esperaban paciente el paso de “enfermos” ávidos de abrir nuevas líneas.
El primer largo supera un muro con varias fisuras entrelazadas hasta llegar a una repisilla muy adecuada para instalar la reunión.
Javi en varios pasajes del mismo.
El segundo largo como ya comenté supera dos techos, uno de roca roja y otro gris en tendencia hacia la izquierda. A pesar de lo que pueda parecer la calidad de la roca es excepcional y poco hubo que limpiar mientras subíamos.
Tras superar el tramo más vertical se sale a un espolón de roca gris que nos conduce a la segunda reunión.
El tercer largo ataca en vertical el muro gris sobre la reunión con buenos agarres y bastantes posibilidades para asegurarse.
El muro se tumba y hay que atravesar un bosque o jardín colgante para atacar un muro de roca gris y erosionada que en principio se escala en vertical para luego dirigirse a la oquedad donde se monta la tercera reunión.
Javi en dos pasajes del final del tercer largo.
El último largo aunque corto es súper bueno. Se sale por la derecha de la oquedad por un muro desplomado a buscar un diedro ciego donde está la máxima dificultad del largo y que ha quedado protegido con dos parabolts. Luego ya mediante material flotante se va uno protegiendo el resto para cerca del final hacer una evidente travesía de unos metros para buscar el fallo y salir de la vía.
En las siguientes fotos Javi abriendo el último largo.
Y por último la foto de cumbre. Ambos más contentos que unas castañuelas y Javi a pie de vía relajado y contento dispuesto ya a bajar al coche.
Y esperemos que 2015 nos sea propicio a todos.
Saludos y buenas escaladas.