Hogar de cabras
De madroños rebosantes de frutos
De monos que desconfían de nosotros, al ver cómo invadimos sus dominios
Chefchaouen, siempre azul
El Café Rueda, siempre el Café Rueda
Y María, omnipresente…
Talambote se está convirtiendo en nuestro destino navideño predilecto. Su relativa cercanía, las buenas temperaturas, un apalanque razonablemente bueno, y sobre todo su mucha y muy buena roca, hacen de este sitio una opción más que apetecible.
Poco a poco, vamos haciendo unas cuantas de la vías “humanas”, mientras vamos mirando de reojo las líneas abiertas y por abrir…
“Latita de Offwinns”, buenísima
“Planeta Roca”, excepcional vía, bellísima, probablemente la mejor de las que hemos hecho
“La Danza del Vientre”, me alegra comprobar que se ha convertido en una de las vías más repetidas de la pared, y que a la gente le gusta. ¿vanidad? pues no sé, como mínimo “amor de padre” seguro…
Repitiéndola compruebo que la vía es buena, aunque en comparación con alguna de sus maravillosas vecinas, se queda probablemente en “normalita”
Acheua Cheua: trazado lógico y dificultad mantenida, aunque no obligada. Buena vía.
Zyclon B: Viote. No fiarse del grado “amable” de la reseña. Primer largo ponzoñoso ajqueroso, los demás sublimes.
En este último viaje ha caído otra de las líneas vírgenes que tenía “fichadas”, y el resultado ha superado con creces la mejor de las expectativas. Vía continua, siempre en torno al 6b, en una roca espectacularmente labrada, con mucho juego para la autoprotección
Llegando a la R1
El comienzo del L2 rodea una cueva…
A la que si te asomas descubres esto
L4
Y L5, absolutamente soberbio
La vía está en la pared del paraguas, en el Djebel Rouf, en la parte más meridional de las murallas de Talambote
La primera de las operaciones que se necesita hacer para convertir la marihuana en consumao del bueno, consiste en extraer el polen de la planta. Para ello se usan unos grandes baldes anchos y poco profundos cubiertos por un tamiz, sobre el que se colocan plantas de maría que se tapan con plásticos, y que se aporrean con varas de madera hasta que se deposita todo el polen en el fondo de estos baldes. A esto se dedican durante el invierno la mayoría de los habitantes de las montañas del Rif.
Mientras estemos escalando en estas paredes y en esta época del año, los “tambores” del Rif acapararán la banda sonora de nuestros días de escalada.
A esta rítmica labor está dedicado el nombre de la vía:
Recorrido sobre foto:
Y nada más os cuento por hoy (yastabién, por eso…)
Besos y eso