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Autor Tema: El Cainejo de Llutxent  (Leído 6701 veces)
okapi
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« : Agosto 28, 2015, 20:51:01 »

Correr por ahí noticias de las proezas que Dani Tatxa, "The Fast", Ahora el "Cainejo de Lluxent" ha realizado en tierras del norte. Con las ayuda de sus nudosos antebrazos y atenazando con fuerza y armonia los ínfimos agarres que la naturaleza le ofrecía, Dani ha vencido al Picu. Sus vertientes ya no son ajenas a las proezas de este escalador valenciano que allá donde ha escalado ha dejado muestras de su destreza, tesón y proteico valor.

Como humilde trasmisor de sus hazañas solo puedo pedir paciencia al respetable pues si difícil es abstraerse a su audaz estilo felino más aún resulta encontrar los epítetos y adecuados ditirambos que nuestro amigo merece. Solo adelantaros que todos que tuvieron la suerte de cruzarse con el ya fuera en la Vega de Urriellu, en la canal de la Celada o en cualquiera de las vertientes del Picu quedaron ojiplaticos y pasamados por esta especie de demiurgo de la escalada.

No sufráis. Tened paciencia. Continuará ...
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OkSal
okapi
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« Respuesta #1 : Septiembre 02, 2015, 16:28:23 »

Y como estaba previsto el día 18 de buena mañana ya estábamos en la furgoneta ilusionados y camino de Picos.

Ni en mis más optimistas previsiones pensaba que iba a tener la oportunidad de escalar con los cada vez más afamados miembros del “Grupo Salvaje”. Su sola presencia me causaba un respeto atávico. Ver sus caras atezadas, surcadas por cicatrices recuerdo de mil épicas escaladas me hacía sentirme en un estado onírico del que hubiera preferido no volver a la realidad.

Sumido iba yo en mis cuitas cuando Dani Tatxa nos contó su última aventura en el Picu. Ataviado del más rudimentario equipo y fiando a su fortaleza física y mental el éxito de aquella empresa se había adentrado en las vertientes más inhóspitas y verticales de la mítica montaña.

Como ansiaba parecerme, aunque solo fuera un ápice, una miserable molécula de mi ser, a tan grande aventurero. La magia del momento fue rota bruscamente pues alguien, inopinadamente, primero se tiró un sonoro cuesco y luego tal regüeldo que las lunas de la furgoneta casi entran en resonancia. Había que parar a almorzar.

Sin grandes contratiempos y tras más de 10 horas de agradable excursión en coche, el CD de los payasos de la tele nos amenizó el trayecto no sabéis bien como, llegamos al parking.

Tocaba repartir material, coger lo imprescindible y dejar aquello que no tuviera más utilidad que desgraciarnos algo más los riñones. Aún nuestras mochilas pesaban excesivamente y ya desde los primeros pasos las correas laceraban nuestros hombros.

Como suele ser habitual la subida la hicimos en medio de una tupida niebla que acrecentó la sensación de humedad creando un ambiente opresivo en donde no transpirábamos, eran cataratas lo que caía de nuestras espaldas y brazos. Tras dos horas de suplicio alcanzamos la Vega de Urriellu.

En mi caso en particular, noté que algo no funcionaba bien. No solo había sudado excesivamente sino que durante toda la subida había sentido una sensación de ahogo que ni reduciendo el ritmo fui capaz de mitigar.

Tras ponernos ropa seca y cenar un rancho de calidad más que discutible, por no decir vomitivo, tocaba preparar los trastos para el día siguiente.

Mientras trajinábamos con los trastos nos encontramos con Adrián y Antonio. Acaban de bajar de la Rabadá y ayer hicieron la Leiva. Buena marcha llevan. Mañana tienen previsto darle un tiento a la Murciana entrando pronto para evitar los tapones que han encontrado hoy.

Dani y Joan tenían previsto ir a la Rabadá Navarro, y Diego y él que escribe habíamos decidido esperar para al siguiente día atacar me muy buena mañana el Pilar.

A partir de ahí empezaron a ocurrir cosas extrañas. Primera: Me había dejado todas las barritas y polvos varios para bebida isotónica en el coche, hecho que no suponía un problema insalvable, pues el resto iba sobrado. Lo que si suponía un problema es que yo me había dejado la bolsa con la medicación que tengo que tomar. Nadie debe asustarse, pero con los años, uno debe tomar ciertas cosas, para evitar que el alemán y otros seres indeseables le hagan a uno visitas. La cuestión es que el olvido me obligaba a bajar al día siguiente al coche lo que implicaba nuevo palizón de subida.

Tras una noche sin pegar ojo comprendo que algo no va bien. Me siento febril y tengo una opresión en el pecho tal como si la Oeste del Picu hubiera yacido sobre mi durante toda la noche.

Tras el desayuno me armo de moral e inicio el descenso a Pandébano. Dani y Joan han entrado en la Rabadá tras una cordada y Antonio y Adrián, como habían previsto, van los primeros en la Murciana y a buen ritmo.



Según bajo empiezo a dudar si en Vega de Urriellu hay un refugio o la sección de Oportunidades del Corte Inglés. Es tal la cantidad de gente que sube, de todo tipo y pelaje, que dudo que cuando vuelva haya una piedra libre en la que ubicar las posaderas.

Tras recoger del coche lo que había olvidado inicio sin dilación el ascenso. Hoy voy prácticamente sin peso, una ligera mochila, con agua, barritas, algo de ropa y poco más. Desde las primeras cuestas compruebo que mi cuerpo responde mal. Me cuesta respirar y no hay ritmo que me resulte cómodo. Tras hora y media llego al refugio, totalmente sudado y muy desanimado. Tal y como me encuentro ya veremos si soy capaz de escalar algo. Lo más probable es que pinche en hueso y me vuelva de vacío.

Al llegar al refugio me llevo una sorpresa mayúscula al ver a Adrián y Antonio que inician el descenso. ¿Pero si ibais como motos?- Si, pero se nos ha caído la mochila con el agua y la ropa y hemos decidido bajarnos. ¡Vaya pu…! Veo como se alejan y me puedo imaginar la frustración tras lo acontecido.

Diego echándose una siestecita.


Mientras tanto Joan y Dani, que empieza a sufrir lentamente su metamorfosis, se pelean con los largos previos a la cicatriz.
Al final encuentro a Diego. Al principio no me apetece decirle que estoy bastante jodido y que es fácil que no esté en condiciones de escalar. Son las doce y empieza, si empieza, el día más largo que uno pueda imaginar.

El sol empieza a castigar y hay que buscar refugio en las pocas sombras si no quieres acabar abrasado como un pincho moruno.

Cada rato miras a la pared. Parece que el tiempo no pase. Las cordadas parecen puntos estáticos, a veces resulta imperceptible lo que han avanzado. Y hay donde elegir. 3 cordadas en la Rabadá Navarro, 3 en la Murciana, la última se escapará por la Rabadá, una en la Directísima y otra en “Soy un hombre nuevo”.

Diego y yo comentemos la equivocación de comer en el refugio. Para nuestra sorpresa de comer nos ponen los restos de la cena de ayer (15 €): un engrudo que pretende ser ensalada de arroz y un guiso aguado que pretende ser menestra de ¿verduras?. Para postre dos plátanos tan verdes que son casi imposibles de pelar.

Tras la comida le comentó a Diego que me encuentro mal y que no sólo no estoy para el Pilar sino que dudo que esté para escalar cualquier cosa. Aunque no sé cual es el origen de mis males empiezo a atiborrarme de Iboprufeno.

Si de la larga jornada de obligado parón tuviera que hacer una breve descripción se resumiría en varios epítetos: Tediosa, agobiante, eterna y abrasadora.

Seguimos con interés la progresión de Dani y Joan. Tras diez horas alcanzan la cumbre. Solo queda esperar y felicitarles cuando bajen. Y sigue pasando el tiempo.

Al final pasadas las ocho y media hacen acto de presencia en el refugio. Vienen cansados, pero sus caras no pueden disimular la satisfacción por la vía realizada.

Durante la cena les ponemos al tanto de la situación. Mañana tienen previsto ir a la cara norte. Mientras tanto nosotros tendremos que esperar a cómo evoluciono.

Afortunadamente la noche pasa sin mayores sobresaltos. Nada más despertarme me veo inútil para cualquier actividad.
En el desayuno para animarme me dicen que hago muy mala cara. ¡Super mega guay!

Diego me comenta que, aunque sea en solitario, se va ir a la Sagitario. Entonces le propongo acompañar y por lo menos asegurarle algún largo y si puedo subir pues mejor.

Iniciamos la aproximación. No me encuentro bien, pero no me voy ahogando como ayer. Al llegar a pie de pared ni corto ni perezoso le digo que me toca a mi, que empiezo yo. La cara de incredulidad de Diego es patente.

Mientras me encuerdo y organizo el material pienso que al final será la pared la que dicte sentencia. Si no estoy bien, pocos metros seré capaz de subir.

Como no todo va a ser negativo, voy escalando y me voy sintiendo algo mejor. No voy muy confiado, pero subo que es lo importante.
A partir de aquí se suceden 7 largos donde hay que templar pues la dificultad es mantenida, más alta de lo que indican los croquis, y la posibilidad de protección escasa.

Lo que en principio podía parecer una vía sencilla se convierte en una vía con cierto grado de compromiso y tramos algo expos.
Y como en esto de la escalada no hay criterio, en el último largo, el más fácil, y donde hay fisuras por doquier ponen dos parabolts que no tienen ningún sentido.

En dos horas y media hemos hecho la vía y le comento a Diego que si hubiéramos subido las zapatillas aún salíamos por la Leiva. Si decidimos bajar es porque mañana queremos escalar y no queremos cascarnos demasiado.

Diego en el primer largo de Sagitario.





El mismo que viste y calza en el segundo largo:







Y ahora desde otra perspectiva en el tercer largo.









Diego antes de que se manifiesten sus males en el cuarto largo.







Y como después del cuarto viene el quinto…






Diego en el sexto largo, el más difícil en grado, pero que mejor se protegía.




Y Diego saliendo de la vía.


Y la inefable foto, en este caso, del final de la vía.



Curiosamente en la foto Diego todavía no hace mala cara.

Inopinadamente yo me voy encontrando mejor. Paradójicamente Diego empieza a sentir dolor de cabeza nada más acabar. Bajamos en menos de media hora y antes de las dos ya estamos en el refugio. Como queda día por delante Diego decide, empieza a encontrarse peor, subir y tumbarse y yo como no quiero pasar un día como el de ayer decido coger algo de agua y subir a andar un poco.

Me dirijo al Jou de los Cabrones. Tras llegar al último collado pregunto a un solitario corredor para que me oriente y al final decido subir al Neverón de Urriellu que resulta un excelente mirador de la Oeste del Naranjo.

Dos imágenes del Picu subiendo al Neverón de Urriellu.




El menda en el Neverón.


Y el Picu desde la canal de Salida de la vía de los Celtas.



Tras poco más de dos horas estoy otra vez abajo. Si antes le dolía la cabeza a Diego, ahora es el estómago el que le está cambiando la cara.
Dani y Joan bajan de su intento a la Norte. Una cordada “plasta” ha ido haciendo tapón y les ha negado el paso por lo que han tenido que recular, escalar un diedro expo para volver a conectar con la Cepeda y finalmente salir a la cara sur.

Tal y como llegan nos cuentan sus andanzas. Diego va ya en picado. Se retira a un bloque algo separado y empieza con su particular agonía. Debe ser un virus intestinal pues empieza a vomitar todo lo que lleva encima.

¡Estamos apañados!



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OkSal
okapi
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« Respuesta #2 : Septiembre 02, 2015, 16:29:17 »

Por la noche decidimos ir a la Leiva al día siguiente. Iremos los tres pues el pobre Diego está en unas condiciones deplorables.

El viernes de buena mañana iniciamos la subida. Como la previsión del tiempo empeora, hay pocas cordadas en pared. La Leiva nos espera solitaria. Todo un detalle. De buena mañana no es que apeteciera mucho la vía, hace cuatro años ya la había escalado, pero no dejaba de ser una buena opción para los tres.

Repartimos largos y sin prisas pero sin pausas nos metemos en faena. La vía es buena en la parte inferior y aunque cambia de tónica sigue siéndolo en la parte superior.

Desde la peúltima reunión en vez de salir por la canal me tiro por la derecha por una placa sobre roca típica de la parte superior del Picu, es decir, inmejorable. Tras un primer apretón que consigo proteger con un camalot la dificultad baja pero la dificultad de protección obliga a prestar mucha atención a este paño de roca excepcional. Tras 60 m alcanzo la cumbre por una variante que le da un plus a la vía. En 6 horas estamos arriba y como no podía ser de otra manera celebramos nuestra alegría con algo de bebida isotónica y alguna que otra barrita. Mientras nos estrechamos las manos el pensamiento de los tres es común, de alguna manera esta escalada se la dedicamos a Diego.

Segundo largo de la Leiva.






En el tercer largo:




En el cuarto largo. De lado a lado y tiro porque me ha …














En el quinto tras haber empalmado dos largos:




Tras la trepada de Tiros de Torca.


Joan en el largo de la travesía de la parte superior:








En los diedros y canales de la parte superior.












Dani saliendo de la vía.


Y arriba disfrutando del paisaje, la compañía y saboreando la vía realizada.







A las cinco ya estamos abajo. El estado en que encontramos a Diego no es muy alentador. Está macilento, débil y encima muy desanimado. Ya el año pasado se tuvo que bajar de la Murciana por un enganchón en la espalda y lo de este año es la gota que colma el vaso.

Por la tarde hablando en la puerta del refugio con un personaje de barba blanca y que resulta tan entrañable como el abuelo de Heidi me entero de que por la noche van a hacer una proyección presentando un libro sobre Julián Delgado Úbeda. Así se llama el refugio de Vega de Urriellu, y por este señor fue proyectado en los años 50. Para los más jóvenes comentar que Delgado Ubeda, además de arquitecto, fue presidente de la Federación Española de Montañismo durante 21 años. Parece que ya entonces los dirigentes federativos se perpetuaban en el cargo…

Comentar que la proyección además de interesante resultó entrañable. Como éramos pocos los espectadores, pero ávidos de información, fuimos regalados por varias proyecciones adicionales no previstas. Una de las cuales versaba sobre la historia de la escalada en el Picu, muy bien documentada y mejor comentada. Al final resulta que el ponente era Isidoro Rodríguez un apasionado del Picu que tiene varias publicaciones sobre el tema, una en particular publicada por Ediciones Desnivel y que muchos conoceréis. Hay que reconocer que en esto tuvimos suerte.

Y más suerte resultó que inexplicablemente tras haber tirado lo que no estaba en los escritos Diego se había recuperado algo, había sido capaz de cenar frugalmente y que la tempestad que se había desencadenado en sus intestinos empezaba a amainar.

Aunque la previsión del tiempo para el sábado no era para tirar cohetes, si que parecía que durante la mañana se podría escalar. Se plantea entonces la posibilidad de atacar la Murciana. La ventaja en cualquier caso es que si nos pilla la tormenta las reuniones están equipadas para rapelar.

Poco antes de las siete Diego se levanta. Al rato me toca a mi. Le pregunto por su estado y me dice que está mejor. Qué si que podemos probar. Dicho y hecho. Cogemos el material y poco después de las ocho estamos en base pared.

El día está rarillo, con nubes y más ventosos que las jornadas anteriores, pero tenemos confianza en que aguantará. En cualquier caso, nos ponemos en faena sin dilación y poco a poco vamos resolviendo los largos.



Diego en el primer largo.




Y saliendo del segundo largo.


Hacía 30 años que ascendí por este itinerario pero la verdad es que sólo me quedaban recuerdos muy difusos. Pasos concretos en algunos largos y poco más, por lo que en gran medida me resultaba una escalada nueva.

Diego en el desplome del tercer largo.








Diego en el cuarto largo. Mar de roca infinito.










Y en el quinto largo. Hace 30 años no estaba equipado así, ni con buriles. ¿?










Y Diego en el sexto largo antes de la travesía de la Rabadá Navarro.











En dos horas y media nos plantamos en la 6º reunión en la travesía de la Rabadá Navarro. A partir de aquí el tipo de escalada cambia y es necesario proteger todos los largos pues el equipamiento fijo es prácticamente inexistente. En cualquier caso todos los largos se protegen bien. Los tótems y aliens entran a cañón y permiten escalar con confianza y seguridad.
Diego en el séptimo largo.







Y ahora en el octavo largo.




En el noveno largo en busca de la laja España.


Y en el décimo alcanzando la parte superior de la laja.






Llegamos a la 10ª reunión. Arriba de la laja España. Nos quedan dos largos. Recordaba de mi anterior ascensión que estos resultaban algo expuestos pues eran de muy difícil protección y en los que había que buscar el itinerario correcto. Los tiempos cambian, el material ha evolucionado y no es lo mismo subir con un juego de empotradores y 3 friends de vástago rígido que con tótems, aliens y camalots (nosotros nos olvidamos los empotradores en la mochila).

Lo que antaño resultaba expo ahora son dos largos de espléndida escalada sobre roca de inmejorable calidad y con muchas posibilidades de protección.

Diego en el largo 11:








Cuando me quedan 15 m para salir de la vía se pone a llover, al principio ligeramente pero a los pocos minutos se intensifica y graniza con ganas. Afortunadamente la roca es tan buena que aún mojada ofrece la suficiente adherencia para salir sin dificultades especiales.
Me pongo el chubasquero, oyendo a mi espalda amenazadores truenos, y recupero cuerdas rápidamente. Diego escalará el último largo totalmente empapado.



Diego en el último largo, saliendo de la vía.






Al final en seis horas y media nos hemos plantado en la cumbre. Muy contentos y satisfechos. Al final no hemos escalado lo que teníamos previsto, pero hemos salvado el viaje y nos despedimos con una vía buenísima que espero repetir en futuras visitas.
El figura ejerciendo de modelo.



Y por supuesto la foto de cumbre:


Como el tiempo está que no está, decidimos bajar rápidamente. Hasta ahí tuvimos suerte  pues el tiempo no respetó hasta el refugio.
Ahí celebramos la ascensión con Dani y Joan que han preferido descansar y que deciden bajar a Pandébano pues un día inactivo en el Picu debe ser equivalente a una semana en el infierno.

Antes nos hacemos las preceptivas fotos tras el Picu.





Al final como abajo no tenemos sitio para dormir decidimos pasar nuestra última noche en Urriellu.

Tras la cena y como no tenemos nada mejor que hacer nos retiramos y al rato estamos sobando plácidamente.

Queda bajar a la furgoneta y rehacer los cerca de 900 km que nos separan de casa. Han sido cuatro días raros, en los que hemos saboreado el sabor amargo del fracaso, pero que al final, caprichos del destino todo se ha enderezado y mientras nos alejamos una nueva chipa se enciende. Nos costará, pero volveremos.



El Picu nos despedirá triste, semi oculto en la niebla


Si durante estos días hubo cosas raras y difíciles de explicar más raro fue la desaparición de la tarjeta de memoria donde iban todas las fotos que hizo Diego. Donde la guardé resultaba imposible que se extraviara, pero desapareció…

Y con esto acaba nuestro viaje a Picos. Nosotros lo hemos pasado bien.

Saludos y buenas escaladas.
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OkSal
MBG
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« Respuesta #3 : Septiembre 02, 2015, 21:58:22 »

Debe ser jodido ponerse malo después de meterse 900 km, más 2 horas de aproximación, cargados como burros y encima quedar bajo la tutela del refugiero, un tipo sin compasión ni piedad, je,je!!!
En topo caso gran éxito vuestro viaje, más si cabe después de los percances descritos y los antecedentes del año pasado…
Valderrama y yo estuvimos una semana después, con previsiones de buen tiempo, si no fuera porque solo miramos el tema lluvia y no nos fijamos en los previsibles cabreos del viento.
Nuestro primer día amaneció lloviznando, por lo que nos dirigimos a la cara este mientras se secaba la piedra, entre tanto, algunas cordadas que se metieron en la oeste se bajaron por frio e insensibilidad en las manos y acabaron al solecito en la este. Este primer día escalamos dos vías la CEPEDA y la AMISTAD CON EL DIABLO, no era lo previsto pero resultó ser una buena jornada.
El segundo día amaneció con mucho viento y como venia del sur-oeste, volvimos a la cara este esperando que la muralla hiciese de parapeto, pero ya subiendo por la canal de la Celada nos dimos cuenta de que no íbamos a tener suerte. A pie de pared el empuje del viento era tremendo, las dos cordadas que subieron con nosotros decidieron plegar y dirigirse a otros lugares más apacibles. Pero ya conocéis a Miguel, este no se da la vuelta ni aun que caigan chuscos de punta, así que nos metimos en ESPEJSMO DE VERANO que tiene las reus rapelables, con la idea de poder bajarnos si el viento se enfurecía según ganásemos altura. Pero contra pronóstico llegamos a final de vía y rapelamos. Y como una vía es poco para Miguel nos metimos en la MARTINEZ-SAMOANO, que resultó ser más dura de lo que pensábamos, con el añadido de reuniones precarias difíciles de reforzar. Menos mal que Miguel es más duro que una piedra y se hizo cargo de los largos más difíciles.
Amaneció el tercer día con el viento muy cabreado, ya desde la litera se le oía por encima de los ronquidos de alguno. Cuando salimos del confort del refugio, el viento era brutal, así que mismo planteamiento que el día anterior, subimos a la sur esperando que la pared tapase el aire, pero era tan fuerte el viento subiendo por la Canal, que levantaba la arenilla y nos la arrojaba contra la cara como pequeños alfileres, cuando llegamos a la sur, era casi imposible mantenerse de pie, constantemente el viento nos desequilibraba teniendo que apoyar las manos una y otra vez.
Así que por prudencia o por miedo, insistí en retirarnos, con lo que Miguel se quedó con las ganas de escalar la impresionante y mítica cara oeste, pero el viento con sus fuertes embestidas nos invitó a abandonar la montaña, a pesar de nuestro deseo de apuntarnos alguna vía más, por lo que salimos de la Vega de Urriellu con más pena que gloria, menos mal que no fuimos los únicos, je,je!!!
Pero el balance positivo, hicimos nuevos amigos, escalamos en el Picu, no todo lo que nos hubiese gustado pero lo pasamos bien. Como dice Jaime otro año más y mejor…

Magnifica mole.


Desencajándome en la ventana de la Cepeda.


Miguel en Amistad con el Diablo


En la vía Espejismos de Verano


Vía Martínez-Samoano


Comenzando la travesía de la misma vía.


Foto de reu.
 

Con unos amiguetes vascos


Hay afición a los hitos en la zona, je,je!!!.





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MBG
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« Respuesta #4 : Septiembre 02, 2015, 22:09:43 »

Desencajándome en la ventada de la Cepeda, era esta, Estrechito el paso, creía que me quedaba a vivir ahí, je,je!!!


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josem
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« Respuesta #5 : Septiembre 03, 2015, 07:53:18 »

Que buena!!! Vaya atiborrada a Picu para despertarme!!! Que buenas vías y que mala suerte lo de ponerse malo, justamente allí.

Buenas fotos y buenos relatos. Jaime, creo que no recordabas las chapas del L5 pero, como tu, lo hice AC y DC y si que las recuerdo. AC chapas pequeñísimas y retorcidas y DC bolts y chapas inox tope gama.

Manolo, yo subí una vez y nada más ver el tremendo huevo frito que daba la previsión de la meteo dejé de mirar, si hubiera seguido leyendo hubiera visto los 60/80 km/h que daban; el viento acabó arrancando un ventanal del refu y nosotros acabamos haciendo una helicoidal, empezando por la oeste y acabando en la este, tras hacer un tramo virginal que unía la Shulze con la Cepeda, me imagino que parecido a el que hicieron los del Grupo Salvaje para huir de la cordada tapón que llevaban en la Pidal Cainejo.

Y lo del refu es curioso. Yo no he tenido malas experiencias. Trato correcto, sin cena por llegar tarde, algún engrudo de dudosa procedencia y poco más; pero te sorprende leer las piadas de algun@s que han hecho algo destacable y recalcar el trato exquisito que han recibido por parte de Tomás y cia. Dr. Jekyll y Mr Hyde en las faldas del Picu?? Como si no fuera destacable simplemente el mantenerse vivo en esta ruleta rusa que es la vida!!!

Saludos
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okapi
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« Respuesta #6 : Septiembre 03, 2015, 08:36:35 »

Pues será que la memoria falla. Tras 30 años los recuerdos se diluyen y la memoria moldea estos últimos a su libre albredrío.

Pena no haber coincidido con los más recios de Levante: Valderrama y Bernabeu que en la foto de cumbre parecen sacados de un vivac a 40º C bajo cero.

En lo del trato del refugio habría mucho que decir. Hace cuatro años hasta que hicimos la Mediterraneo nos trataron como al resto, vamos, como ganado. Ni buenas maneras, ni trato afable. Luego cambió. En este pais parece que no cabe un tonto más.

Esta vez, hasta el último día no estaba Tomás. No es que con éste mejore la cosa, pero el trato dejó mucho que desear. Acepto que me soplen 15 € por una cena de una calidad deplorable. Es el precio de no llevar peso y estar lejos de todo. Acepto tener que dormir como latas en sardina, sin espacio para poder girarte y dar descanso al hombro dolorido, pero también en el precio podría estar incluido un trato si no amable por lo menos correcto. Desdeñosos, arrongantillos y sabedores que allí arriba no tienen competencia. Una verguenza.

Encima ahora para reservar tienes que pagar previamente. Negocio asegurado. Si no subes por mal tiempo pierdes el dinero. Y solo te devuelven la mitad hasta 10 días antes. Otra vez vergonzoso.

Y no eramos los únicos que no estábamos muy contentos con el servicio. Con cualquiera que hablabas echaban sapos y culebras. Eso si, si eres un escalador de pro, seguramente el trato cambia, pero al final pagamos todos y debíamos tener los mismos derechos.

Tomás subió el último día y tampoco se prodiga en amabilidad. Ha recibido tantas injustificadas loas que se lo ha creído, En cualquier caso allá ellos. El refugio es de la Federación Asturiana y no hacen nada por mantener unos mínimos estándares de calidad, pero hablando de federaciones sería esperar mucho.

Así que ya sabéis. Si sois muy buenos y escaláis una vía potente en la Oeste seguro que os tratan con deferencia. En caso contrario, seréis ganado como el que pasta en Pandébano.

Y hoy no es el día ni este es el foro, pero tarde o temprano habrá que plantearse para qué sirven las federaciones, a parte de para cobrarnos tasas excesivas y enviar un fascimil de calidad más que dudosa.

Seguiremos hablando del gobierno ...
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OkSal
Dani Gallo
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« Respuesta #7 : Septiembre 03, 2015, 21:00:51 »

Wooola, menudo viaje, emos tenido de todo.
La incerteza de como te levantaras mañana, el tiempo, la via que escalaras....porque tu tienes un plan, pero el Picu tiene el suyo.
Jaime una piada entrañable, disfrute muchisimo con todo,
escalando, las birras y las risas al retorno.
Fotos espectaculares.
Encontrarnos con gent de la terreta, podriamos hacer una quedada del  Matxin por aquellas alturas....es broma, ubiera sido estupendo encontrarnos con el  Cosme i su equipo, con mi tio Manolo tacha....jeje en fin mas risas que de eso se trata, no?
Saludos i buenas escaladas Matxineros!!
Mimbro de los Salvatges.
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makoki
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« Respuesta #8 : Septiembre 07, 2015, 22:10:29 »

Jaime, yo cuando sea mayor (muu mayor) y esté jodido, quiero estar jodido como tú Impresionado Impresionado
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